un entremes poetico
Aquí les van unas palabras del poco conocido Gregorio Siecowski (o como se escriba)poeta catalogado de malo por mucha crítica... no pasó de ser un hombre triste que vivió aislado en el norte de un país del norte(no del enemigo...uno mas occidental...) él escribía mucho acerca de la agricultura, del olor de la tierra en las manos, del dolor de estas por las ampollas, y luego, del placer de tenerlas llenas de callos...tenía una fijación obsesiva con las mesedoras, fue ahi donde encontró a la muerte, después de una plegaria a ella misma. Bueno, este es un poema medio extraño pero que vale la pena tenerlo en este blog (no sé porque). El tiempo y los ciclos son fundamentales para la siembra. El sol y la luna son, creo -no como gregorio, los padres de la agricultura y no del tiempo. pero bueno, ahi les va
DIOS >NIGROMANTE
Sentado frente al desfile, cansado.
Con las rodillas ensangrentadas, las manos duras
y las penas bailoteando desnudas alrededor de mi corona.
El suelo caliente marca el devenir del tiempo:
ríos, piedras fundidas en un grito, canto para ciegos enamorados.
La luna y su incesante parpadeo,
los días tambaleandose entre luz y oscuridad
al igual que las mil metáforas de los hombres
El diario ejercicio de la nigromancia
sacude mi paz, la que habita
dentro de las tantas muertes a las que acecho,
el orgasmo, el sueño, la risa,
la envidia de un dios que a diario se humaniza
por los dos segundos en los que me despoja de todo
y me arroja a la vigilia de la vida y el tiempo.
Me despierta y, como titere de humo,
hace que mi vida penda del viento impredecible.
Los diamantes del sol trizan mi mirada de cristal,
el ojo cíclope de la noche masturba mi tristeza.
Esta existencia tan mía, transfigura en un ente
que repta, deseoso de ver a sus encías
ensangrentadas por haber mordido hasta el último reloj,
el ultimo segundero, la ultima melodía humana.
Infame hijo del sol y de la luna
tiempo arcaico de Mayas, de Celtas, de Incas
enegrecido por el humo de las industrias,
elevado al espacio sublime del miedo
en donde el hombre ve su condena
en ese caminar musical que surca
fertiles suspiros llenos de odio.
Siempre detras del inevitable fracaso,
siempre huyendo del postrero silencio.
Tiempo de piedra, no te congeles
desaparece...conmigo
GS